
Convocatoria «Habitante de mi pecho», antología poética
27 de mayo de 2025
La casa del espíritu, la hoguera de la poesía. César Olivares Acate
12 de agosto de 2025La poesía es según Octavio Paz una «perpetua tensión … hacia un absoluto lenguaje en la esperanza de cautivar la realidad». Entiendo que la poesía es la piel de la humanidad y el alma que le hace falta. La persecución de lo efímero, que se desvanece justo en el momento en que se cree alcanzado, en el que el lector recibe los versos como un relámpago y ese increíble tejido de palabras, sonidos y vibraciones íntimas pasa a ser parte del cosmos.
Los poetas son seres comprometidos consigo mismos, atenazados por el tánatos y liberados por eros en esta permanente tensión de vida/muerte hilando cada uno de sus versos con su «phatos» sui géneris. Lo más importante -porque es de este mundo- es que los poetas construyen sentidos, perspectivas sobre lo humano y lo divino, se involucran con y en el mundo en que habitan suscitando reflexiones, nuevas miradas que nos ayudan a vivir a defender el sentido de lo humano.
Esa casa existe, publicado por la Casa Astarté reúne los textos poéticos de 28 poetas jóvenes cuyo sello es la diversidad y que es una excelente muestra de la nueva poesía que gracias a las actuales plataformas digitales trasciende la ciudad e incluso el país.
Un aspecto significativo en común en estos poemas es que persiste un alegato por la naturaleza y subyace en diversas temáticas y estilos de construcción de los versos la presencia de los cuatro elementos de la naturaleza: tierra, fuego, aire y agua. Asimismo, la conciencia de una civilización defectuosa y deshumanizada que no solo atenta contra la vida que nos rodea sino contra la propia humanidad, cuyo pecado es existir.
Pareciera que se desatara un viento de desaliento, pero no es así, también se erige la esperanza en las raíces, la identidad, los sentimientos y sensaciones individuales, colectivas, citadinas y campestres. Las referencias a íconos para quienes los versos se identifican como altares son como estandartes en la defensa de la imaginación y la vida.
En la obra poética de Christian «Jamiro» Zénder, David de Soto y Jozmel Lazo apreciamos efluvios de aparente pesimismo que presentan una cruda desazón, es decir se percibe una atmósfera de pesimismo, no necesariamente absoluto, pero sí lo suficientemente marcada como para generar una sensación de desasosiego o angustia en el lector. Estos rasgos se manifiestan de manera sutil pero perceptible.
Presentan una vocación intimista a la vez que referencias cosmopolitas, dos características aparentemente contrastantes porque una explora el mundo interior y expresa su subjetividad, la otra se nutre de una conciencia del mundo y la conexión con un contexto más amplio, pero ambas pueden coexistir en su poesía. Además, reconocemos la admiración por Charles Baudelaire y otros autores, así como viajes introspectivos. Esta mención de Baudelaire es significativa, ya que es una figura central del simbolismo y la poesía moderna, conocido por explorar temas como la angustia existencial, la belleza en lo decadente, la ciudad moderna y la complejidad del alma humana. Esta admiración por él y otros referentes literarios sugiere una influencia en la temática, tono o el estilo, así como amplía su panorama literario.
En la poesía de Gloria Alvitres encontramos versos que se caracterizan por la adhesión a la naturaleza y a la temática de la migración, se respira una perspectiva de género muy clara, lo que sugiere que sus poemas exponen la experiencia de la mujer en relación con la naturaleza y el proceso migratorio desde una óptica feminista o con una conciencia de las dinámicas de género.
Ivonne Bermuy. Su poesía se define por la expresión de ternura y un amor a la naturaleza que se presenta de manera sutil y entrelazada con los sentimientos personales. Esto sugiere una conexión íntima entre el mundo natural y la experiencia emocional de la autora, donde la naturaleza sirve como metáfora, reflejo o catalizador de sus sentimientos.
Pilar Serin Gaytan en sus versos describe una madre múltiple, madre de todos. Se trata de una voz poética que abarca o se identifica con la maternidad en un sentido amplio, incluyendo temas de cuidado, protección o conexión universal. Otros temas mencionados son la pobreza y la maternal naturaleza, sugiriendo una exploración de la relación entre la maternidad, las dificultades económicas y la naturaleza como fuente de consuelo o sustento. Por su parte Sadith Vella Collazos se centra en la identidad, las raíces, los ancestros, la vida y el impulso vital. Esto apunta a una exploración de la pertenencia, la herencia cultural o familiar, la existencia en sí misma y la energía que anima la vida.
Gloria Portugal y Sandra Lucía Avenzú, manifiestan una poesía bien construida de temática sencilla, cotidiana y citadina con resonancias intimistas. Se centran en temas de la vida diaria en un entorno urbano, abordados desde esta perspectiva personal e íntima, con un lenguaje sencillo y cercano. Característica que enfatizamos.
Carol Angeles aborda la muerte como un «reclamo al creador», lo que interpretamos como una confrontación con la divinidad o el destino ante la finitud de la vida. Además, toca temas cotidianos con reflexiones profundas, revelando una capacidad de encontrar significado y trascendencia, llevando la experiencia diaria a un nivel de contemplación más hondo. En la producción literaria de María Eneida Romero se alude a la muerte como «otro estado de la vida». Esta perspectiva sugiere una visión de la muerte no como un final absoluto, sino como una transición o una fase diferente de la existencia, lo que implica una exploración en el ciclo de la vida, la trascendencia o la memoria.
El reconocimiento de «reinos remotos, epopeyas y mundos irreales» es lo que nos sugiere la poesía de José Gabriel Contreras. Esto sugiere una inclinación hacia la fantasía y la creación de mundos imaginarios, transportando al lector a escenarios lejanos y de naturaleza fantástica. En la poética de Katherine Rengifo encontramos referencias a la Amazonía, generando una «sensación de no pertenencia» incluyendo alusiones a aves y otros seres del reino animal. Esto indica una indagación de la relación del individuo con el vasto entorno amazónico, así como una conexión con la fauna local. La sensación de no pertenencia refleja la experiencia de alguien ajeno a este entorno o una reflexión sobre la fragilidad de la presencia humana en la naturaleza. En Luccía Gazlak apreciamos que se centra en las aves y otros elementos naturales con un tono desenfadado y un lenguaje directo. Esto apunta a una poesía que quizás es más sencilla en su expresión, pero con una conexión potente con la naturaleza y la sensación de libertad.
En la lectura de Quilev Ray y Antuko Chumbile Tinco encontramos una poesía política que se construye desde la perspectiva de los jóvenes, utilizando metáforas sugeridas. En el primero destaca una fusión de la cocina con la realidad y la poesía. Esto sugiere una poesía que entrelaza lo cotidiano (la cocina) con la realidad social y política, utilizando un lenguaje figurado para expresar las luchas y las perspectivas de la juventud. Se percibe una pasión combativa o un compromiso intenso con las causas sociales. Los versos de Antuko Chumbile Tinco refuerzan la idea de una poesía social que aborda las problemáticas del país.
Poesía social cuyo personaje es el trabajador, que presenta expresiones como «toneladas de pobreza» y la felicidad se encuentra en la metáfora de la chacra. Esta descripción está atribuida directamente a Raúl Ticona, pues claramente señala una poesía de índole social que se centra en la figura del trabajador y la dura realidad de la pobreza. La contraposición de «toneladas de pobreza» con la idea de que «la felicidad es la chacra» y el «trabajo en construcción» sugiere una valoración de la vida rural y el trabajo manual como posibles fuentes de satisfacción a pesar de las dificultades económicas. Otro hallazgo que debo mencionar es que genera sentimientos de tristeza y abandono que expresan que no hay inspiración y no está contento consigo mismo. Esto indica una exploración de la pobreza no solo como una condición material, sino también en sus efectos psicológicos y emocionales, como la falta de motivación y la insatisfacción personal. En Roberto Aguirre Alvarado observamos que se enfoca en la identidad, la naturaleza y el «terruño» (la tierra natal, el lugar de origen). Esto sugiere una búsqueda de la conexión con las raíces, el sentido de pertenencia y la relación con el entorno natural como elementos fundamentales de la identidad.
En la propuesta de Rodrigo Noriega encontramos la presencia de una evocación nihilista («nada en qué creer») y melancólica, así como de objetos y figuras citadinas actuales. Esto sugiere una visión desencantada del mundo contemporáneo, teñida de tristeza, y con una atención a los elementos de la vida urbana moderna. En la lectura de Daniel Escudero podemos señalar que apunta a una poesía que explora las preguntas fundamentales de la existencia desde una perspectiva personal e interna, con una forma poética bien lograda y lógica. La mención de su introspección refuerza la idea de la vocación intimista, tal como se señaló anteriormente en otras poéticas de esta excelente muestra de poesía.
Sergio Gómez Reátegui aborda la muerte, el dolor, el amor y la nostalgia de manera directa y cruda, reflexionando profundamente sobre la vida y la muerte. El verso «¿Este mal truco llamado poesía?» sugiere una mirada valiente que plantea una visión escéptica del poder o la naturaleza de la poesía misma.
Ursula Alvarado nos expresa una visión introspectiva asociada a la «luz». Esto sugiere una poesía que mira hacia el interior y que quizás busca o evoca claridad, esperanza o iluminación. Verónica Torres efectúa una exploración de la experiencia de la migración, posiblemente las heridas físicas o emocionales («escaras») asociadas a ella, y quizás una atención a los aspectos más pequeños o marginalizados de la realidad a través de la alusión a los insectos.
Natalie Celio propone una poesía transgresora, experimental en el lenguaje, con una visión desencantada del «Establishment» y militante de la contracultura y la poética urbana Sus versos son irreverentes en los que se asocia referencias a Rimbaud, Lucho Hernández, los Beats y Joe Strummer con los temas de la ciudad y la muerte. Yana Wayta posee una poesía combativa, feminista, que desafía las estructuras de poder y busca una transformación a través de la palabra. Por ello al género con un reclamo de identidad contra la violencia de género y es irreverente contra la iglesia (y sus mitos). En ella la revolución es un «conjuro contra todo lo malo».
En Edgar Monrroue encontramos un tono autobiográfico y centrado en el sentimiento de dolor con el padre, lo fúnebre y la muerte. Se infiere una exploración personal del duelo y la relación paterno-filial a través de una lente melancólica. Eduardo Borjas transita en sus versos por una poesía más simbólica, que busca evocar mundos internos y subconscientes a través de un lenguaje figurado y quizás misterioso en el que utiliza metáforas que aluden a los estados de conciencia oníricos e imaginarios. La poesía de José Lavarello es extensa y fluida, con alusiones a Enrique Verástegui y Homero, a quienes trata de manera familiar. Se percibe una atmósfera de ciudad y cotidianidad que nos sugiere una poesía conversacional, que integra referencias literarias de manera natural en la experiencia del día a día en un entorno urbano.
Sumamente grata y motivadora esta inteligente selección de poetas cuya presencia en la literatura actual peruana enriquece un horizonte creativo, que no sólo existe si no que vive y pervive para el deleite de los lectores.
Mary Soto
Socióloga, educadora, narradora y poeta del movimiento Kloaka