En el 2020, apenas desatada la pandemia del COVID-19, Claudia ve truncado sus sueños de viajar a España para ocupar una plaza como maestra. No solo eso. Descubre que don Gunther, su amado padre, estuvo lidiando con el cáncer estomacal en total mutismo. «Te ayudaré a morir», desde el título, es el testimonio, en primera persona, del coraje de una hija frente a la fatalidad de los eventos. Claudia-hija convertida, por deber, circunstancias y amor, en enfermera de cabecera y pilar emocional de la familia que, hasta hace poco, estuvo encabezada por un hombre fuerte y sabio, alegre y desprendido, estoico. Al terminar de leer estas páginas, uno no puede evitar preguntarse, ¿cuánto tiempo hay que contener el dolor para, por fin, un día decidirse a liberarlo? Claudia no ha escrito una despedida, ha creado un puente, una ruta: «Para mí, tu ausencia es un camino, papá, un extenso sendero que, por ratos, lo confieso, es complicado de transitar. Sin embargo, nunca me descarrilo».